Un sistema de suspensión está compuesto por elementos flexibles o elásticos (muelle de ballesta o helicoidal, una barra de torsión, muelle de goma, gas o aire), y una unidad de amortiguación (amortiguador), siendo su finalidad la de equilibrar las oscilaciones de la masa suspendida originadas por elementos flexibles que se adaptan a los terrenos con irregularidades. El sistema de suspensión actúa entre los neumáticos y el chasis, son los que reciben de manera directa las irregularidades del terreno.
Toda suspensión simple tiene varios elementos de unión que se utilizan como resortes de acero elástico en forma de: ballesta, muelle helicoidal y barras de tensión.
Son elementos que tienen una gran capacidad de elasticidad pero casi ninguna capacidad de absorción de energía mecánica, esto impide que sean montados solos en la suspensión, hay que montarle un sistema que frene las oscilaciones que se producen en su deformación, motivado a este inconveniente hay que montarlos con amortiguador de doble efecto que frene tanto su compresión como expansión.