Si el primer coche que empezamos a conducir es automático, probablemente no tengamos ningún tipo de problema para llevarlo. Sin embargo, los coches más populares del mercado son los que funcionan con marchas; si nos vamos a sacar el carné de conducir, en las autoescuelas nos enseñarán con este tipo de coche y, además, nos tendremos que examinar de la misma manera.
Es por esta razón por la que, en el momento en el que se nos ofrece la oportunidad de llevar un coche automático, puede que no sea tan sencillo como parece.
Descubre cómo llevar un coche automático
Realmente la única diferencia apreciable es que no nos vamos a encontrar con el tercer pedal, el del embrague. Por ello, lo primero que tendrás que hacer es cambiar la postura; coloca el pie izquierdo sobre el reposapiés e intenta acostumbrarte a ello.
Al principio es posible que, de forma instintiva, llevemos el pie levantado, como preparados para pulsar el embrague. Vale la pena que te rejales porque podrías experimentar una lesión en esa zona en cuestión.
Solo tienes dos pedales, el de freno, y el de aceleración. Dependiendo de la velocidad que coja el coche, las marchas se irán adaptando de manera automática, sin que tu te tengas que preocupar de nada.
Podemos tener dudas sobre la conducción en condiciones extremas, en la nieve o cuando llueve. En caso de tenerlas, lo mejor que podemos hacer es circular a velocidad reducida, ya que el propio vehículo se encargará de adaptar la marcha más recomendada a cada caso en particular.
Acostumbrarse a esta nueva forma de conducir nos puede llevar un par de días, pero pronto nos daremos cuenta de lo sencilla que resulta.